24.8.09

la verdad, la verdad... me detesto como ni yo sé

Sin poder respirar, atrapada por una fuerza indescriptible, que duele como los mil demonios si es que sólo pienso en inhalar el vital oxigeno, y de pronto veo tus ojos, tus imnotizantes y agudos ojos. Ese día tu mirada llegó hasta la última fibra de mi, hasta el rincón más recóndito de mi alma... y me sentí mal, mal por mi, por mi actitud pendeja de dejar las cosas, de darle la espalda a mis problemas, de no enfrentar mis miedos... pero ¿donde está la frontera de lo sano?, tal vez si seguía con esto terminarían todos mal, o tal vez no, nadie lo sabe... y si alguien lo sabe, podría decírmelo ¿si?...
Ataque tras ataque, ticks y miradas furtivas, palabras inconscientes, parpadeos fugaces, dolores de pecho y malestar generalizado. Aveces siento que preferiría morirme antes de estar así, o simplemente sacarlos de mi, pero después recuerdo como estuve sin ellos y no podría resistir la vida... vivir me parecería absurdo y terminaría peor que ahora...
Media hora después de las una me siento en mi cama y fumo, quizás mi último cigarro... antes de cerrar los ojos y pensar ¿qué estoy haciendo? ¿sé lo que hago, o soy una autómata? ¿en qué me he convertido ?, ya ni me reconozco y eso me asusta... he pasado por momentos en los que no sé quien soy, pero aún en esas oportunidades queda algo en mi que es mío, soy yo y lo siento así, pero ahora no... no sé que haré en el segundo próximo, no sé si seré yo... o tal vez Alice o Royer... mi mente está acongojada, saturada, algo confundida pero, sin embargo,no sé que hacer para aliviarla, sólo me quedo sentada viendo como pasan las horas, aveces claras, aveces en penumbras y sin darme cuenta me hundo en este mundillo que me inventé para que no me hirieran, acorazándome cada vez más de lo malo y también de lo bueno, e inconscientemente le doy cada vez más poder a las personas incorrectas, justo a esas personas que pueden hacerme sufrir inmensamente y justamente las que son inmunes a mi acorazado.
Finalmente des protegida frente al verdadero peligro, me doy cuenta que realmente me cierro a las cosas buenas y no a lo que pueda dañarme... finalmente estoy sola en un mar de gente, sintiéndome débil y con náuceas, pudriéndome bajo el sol sólo con los recuerdos funestos e incompletos de mi vida.

23.8.09