10.4.10

caso a

Este es el caso: dos miradas solitarias que un día, que no salía mucho de lo cotidiano, se encontraron para no volver a separarse.
Parece de cuento, parece de sueño, o de película tal vez... pero si miras un poco más en detalle podrás encontrarlos a tu lado en la calle. A el muy arreglado, a ella no tanto, quizás un poco descuidada, pero con las manos entrelazadas y tal vez fumando un cigarrillo.
Y se pasean en la oscuridad, algo turbados por separado, pero juntos en armonía... ya no queda mucho mas que dar, pero no pasa a ser rutina por que los une algo más que lo terrenal.

1.4.10

un dialogo cualquiera

(chica menuda y morena entra a una habitación en penumbras, vacía, sólo con una silla en el centro. Pisa sonoramente las tablas del suelo y se sienta en la silla, mira con ojos vacíos): es difícil, lo sé. Eso de decir lo que hay dentro de las almas; los anhelos o los miedos... y si son demasiado evidentes como para que salten a la vista, es extraño e incómodo y hasta molesto, pero necesario.
(chico de contextura media entra en la habitación y se pone atrás de la chica morena, le toca un hombro y la mira hacia abajo): si, necesario. Nunca sobran las personas honestas.
(la chica se da vuelta y mira al chico a los ojos, habla sorprendida): pero si sobran los sin vergüenza que se aprovechan de las situaciones, de los rebotes emocionales.
(el chico la mira asombrado y acerca un tanto su cara a la de ella): ¿me encuentras un sin vergüenza?
(la chica se siente): si te queda el poncho... (corre la cara y se para del asiento para alejarse unos metros del chico, se vuelve hacia la pared del lado opuesto a donde está éste)
(el chico la mira incrédulo, espera unos segundos y al notar que no se dará vuelta sale de la habitación, dejando a la chica sola)
( la chica se sienta en el suelo, se apagan las luces)