19.8.11

Costumbres

Caminaba sigiloso por los pasillos de aquel monasterio antiguo y húmedo, el olor a musgo y lluvia lo invadía todo, mientras el sonido de los pasos del cura se diluían en eco entre las paredes del claustro.
Su vieja y huesuda mano pasó lentamente por cada una de las cuentas de su rosario de madera bendita antes de abrir la pesada puerta de hierro forjado. Junto con un chirrido penetrante, se adentró en en púlpito remarcando sus cansados pasos, se detuvo y se persignó.
Ya no creía realmente en nada de aquellos rituales y oraciones, pero la costumbre era más fuerte. Se acercó al sombrío confesionario a esperar a los fieles y cerró los ojos.
-Perdóneme padre, que he pecado- dijo una voz suave al otro lado de la rejilla del cubículo de madera y tela apolillada.
- ¿Qué hiciste hija mía? -repitió mecánicamente el cura.
La chica se quedó callada un momento y luego comenzó a sollozar reprimidamente, el cura se lamentó por haber despertado ese día y pensó que estaba ya demasiado anciano para eso, se tocó las cienes y se dispuso a escuchar.

In nomine Patris et Filii et Spiritus Sancti Amen.

te lloré todo un río- maná.

Yo aquí llorándote un río
mandándome al olvido
¡qué cosa mas injusta amor!
fuiste matando mis pasiones,
tachando mis canciones,
me tenías pisoteado,
estaba desahuseado.
no es justo, no bebé
oh oh veo
Pero este mundo ya giró
y ahora te tocó perder
oh oh veo
Bebé te lloré todo un río
(bebé, bebé)
bebé, te lloré a reventar
(bebé, bebé)
oh no no no, no tienes corazón,
no te vuelvo a amar.
te lloré todo un río,
ahora llórame un mar.
Ya no me busques
ya es muy tarde
ya tengo otro amor.
una chula sirena
que nada en mi piel.
que te perdono
no hay rencores,
solo los dolores
mi alma está arañada
lloré el suelo mojado.
no es justo, no bebé
oh oh veo
Pero este mundo ya giró
y ahora te tocó perder
oh oh veo
Bebé, te lloré todo un río
(bebé, bebé)
bebé, te lloré a reventar
(bebé, bebé)
oh no no no, no tienes corazón,
no te vuelvo a amar.
te lloré todo un río
ahora llorame un mar.
Verdad que un río te lloré,
verdad que no te vuelvo a amar.
oh no no no, no te vuelvo a amar.
verdad que un río te lloré
verdad que no te vuelvo a amar
oh no no no, pierde tiempo amar.
verdad que un río te lloré
verdad que no te vuelvo a amar
llora, llora, llórame...

17.8.11

dos gardenias para ti

Dos gardenias para ti
con ellas quiero decir
te quiero, te adoro, mi vida.
Ponles toda tu atencion
porque son tu corazon y el mio.


Dos gardenias para ti
que tendran todo el calor de un beso
de esos que te di
y que jamas encontraras
en el calor de otro querer.


A tu lado viviran y te hablaran
como cuando estas conmigo
y hasta creeras
que te diran te quiero.


Pero si un atardecer
las gardenias de mi amor se mueren
es porque han adivinado
que tu amor se ha marchitado
porque existe otro querer.

Dos gardenias...para tí.-

14.8.11

Todo comienza

Era una tarde fría en la casa grande de la colina. Los amigos de papá habían llegado temprano en sus autos caros, como de costumbre; con sus guarda espaldas musculosos, sus primogénitos flacuchos pero con esa mirada penetrante que nos caracteriza y sus hijas menores bien arregladas. Siempre había pensado que mi padre se avergonzaba de mi por ser mujer... nunca era lo suficientemente buena para los encargos de hombres, sin embargo, me había involucrado desde muy pequeña en las conversaciones del negocio familiar. Era su única opción, tuvo progenie, aunque 5 hermosas niñas, entonces todos cayeron en la cuenta de que ningún varón heredaría su apellido. Fue una deshonra para la familia, pero alguien iba a tener que quedar a cargo cuando él ya no estuviera.
Era una gran fiesta, como las que siempre hacía papá en los tiempos felices. Comida y vino, música y baile, risas, hasta que llegó alguien que no había sido invitado. Vi ensombrecer los ojos de mi padre y alcancé a notar una gota de sudor que se asomaba tímida por su cien.
-¿ Qué está haciendo aquí?- le escuché a Rico Longoni ( un viejo socio de mi padre) al pasar por su lado.
Un murmullo general se tomó la atmósfera festiva por un segundo. Mi padre me tomó la mano y me dijo casi murmurando "mi pequeña, hoy comienza tu vida... cuida a tus hermanas, yo sé que sabrás llevar el negocio de la familia, los Giovanni estarán orgullosos de su heredera". Me besó en las dos mejillas y me pasó su pañuelo de seda bordado con las iniciales GG en una orilla, era la señal del cambio de mando, él sabía lo que pasaría aquella tarde.
Gino Giovanni se llamaba mi padre, el mejor hombre que haya conocido en mi vida. Yo era muy joven cuando lo perdí y quedé a la cabeza. Siempre recuerdo aquella fría tarde de otoño cuando todo empezó, cuando Basilio Cascone irrumpió en mi casa y aquella fiesta que iba a ser como muchas otras terminó en tragedia.

besos

En esos instantes en los que los labios se encuentran, se para el mundo, se sincroniza la respiración de las dos personas y en un segundo, hasta los latidos del corazón. Aveces se siente un leve mareo, un salto temporal, una supernova en el universo cercano... muchas visiones en un segundo que luego acaban cuando los labios se separan en un suspiro.