21.10.08

Conocimientos Frustrados

Alonso iba todas las tardes al mismo bar... podría decirse que era un cliente frecuente de aquel antro. Llegaba siempre a las 18:30 y se iba alrededor de las 21 horas, salvo ese día; llovía y llegó más temprano que lo habitual, se sentó en la barra como siempre, se sacudió la ropa mojada al tiempo que le decía al barman "lo de siempre", transcurrió un segundo y le acercó un vaso con wisky en las rocas, lo tomó y comenzó a mirar a su alrededor como de costumbre: habían parejas en las mesas, hablando distraidamente, él las observaba y analizaba...era calculador y metódico... de pronto alguien se sentó en el banquillo de junto, era un tipo alto y delgado, sus ojos resplandecían por la luz amarilla de la lámpara vecina...Le llamó bastante la atención y comenzó a mirarlo, tomó un sorbo de su wisky y una gota de sudor escurrió por su frente.
-me trae una cerveza?. Le dijo el tipo delgado a barman... parecía que esperaba a alguien, pero nadie llegó esa tarde... el chico se fue a las 20:01 dejando su cerveza intacta y a Alonso con una extraña sensación de vacío, tanto así que hizo que cambiara su rutina sólo para lograr verlo de nuevo y talvez hablarle... si lo lograba no sabía de que le hablaría, pero sin duda lo intentaría.
Uno de esos días de larga espera sucedió, el chico delgado llegó y se sentó en el mismo lugar de la última vez, al lado de Alonso, y, de nuevo pidió una cerveza, pero esta vez comenzó a tomarla de inmediato. Alonso estaba nervioso, no sabía si dar el paso a lo desconocido, ni sabía por que lo haría exactamente, sólo sabía que se sentía desamparado y si hablaba con aquel chico se sentiría mejor... se aclaró la garganta disimuladamente y se dispuso a hablar.
-hola. Le dijo Alonso, el chico lo miró titubeante sin estar seguro de que le hablara a el.
-hola?
-vienes muy seguido a este bar?. Él sabía perfectamente la respuesta, pero no tenía más tema de conversación.
-no, no tanto.. de vez en cuando me gusta tomar una cerveza... veo que te gusta el wisky. Agregó mirando el vaso de Alonso que estaba encima de la barra.
-si, algo...
Hablaron así un largo rato; Alonso como entre confiado y nervioso y el chico respondiendo frívolamente... a pesar de esto, hubo un momento de la conversación en que los dos estuvieron muy interesados... dieron las 21:00 y el chico se despidió.
-te veré de nuevo?. Le preguntó Alonso.
-supongo que si
-genial. Dijo despidiéndose con un apretón de manos mientras pensaba " te esperaría de todas formas"
El chico salió por la puerta de cristal y acto seguido se escuchó el chillido de las llantas de un automóvil sobre el pavimento, Alonso se sobresaltó y sin pensarlo dos veces salió corriendo hacia la calle... ahí estaba el chico tirado, con la mitad de cuerpo sobre la cuneta y la otra mitad debajo de un nissan último modelo... un charco de sangre salía desde su cabeza, no cabía duda: estaba muerto.
Esa noche Alonso se fue caminando hasta su casa y escuchó pasar a las ambulancias hacia la escena del atropello. De pronto lo invadió una sensación de desconsuelo aterradora, ese chico le atraía enormemente, no sabía nada de él, ni siquiera le preguntó su nombre... pero eso ya no importaba, estaba muerto y nada iba a hacer que volviera.

1 comentario:

Enfant Terrible dijo...

Buen relato, quedé pegada leyendo.

Muack!