16.11.08

un riudo en la lejanía... lo ignoro

Era ya tarde. La sola idea de pasar una noche más sola con sigo misma la hacía enloquecer... era como si no se soportara, se sentía sola y a la vez prisionera de su cuerpo, con miles de voces que le hablaban en su cabeza minuto tras minuto, hora tras hora, día tras día, semanas, meses y años.
Nunca había tenido una verdadera amiga, sólo destellos de lo que ella creía que era la amistad... pero al poco tiempo, lo único que quedaba eran los recuerdos, malos o buenos... su mente no seleccionaba, sólo tiraba lo primero que se le cruzaba, aunque eso significara causarle mucho dolor.
A eso de las tres de la madrugada comenzaron los sollozos, aquellos que se habían hecho frecuentes en ella durante las últimas semanas... pero esta era la última vez que dormía entre las lágrimas. Tomó una determinación: trancó su puerta, tomó su vieja tijera y se profirió sendos cortes en los brazos, profundos y dolorosos... gritó y para el resto de la ciudad sólo fue un ruido en la lejanía. Finalmente cayó, inconsciente por el desangramiento y por fin pudo descansar del tormento y la soledad.

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